Situaciones de estrés agudo como las que se producen al ver una película de terror obligan al cerebro a reorganizarse y hacen rememorar malos momentos, según revela un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Nueva York (EE UU) y publicado en la revista Science.
Para llegar a esta conclusión, Erno Hermans y sus colegas trabajaron con 80 voluntarios que vieron escenas de terror de la gran pantalla, como las de la película Poltergeist. Imágenes de resonancia magnética mostraron que varias regiones corticales y subcorticales se activaban y aumentaban su conectividad por la acción del neurotransmisor noradrenalina, que reorganizaba sus recursos neuronales. Así comprobaron que cuando el cerebro se altera por este tipo de experiencias, nuestros sentidos se agudizan y el temor crea un estado de alerta que fortalece los recuerdos de las experiencias estresantes, aunque perjudica nuestra capacidad de análisis. En este proceso se ponen en acción partes del cerebro involucradas en la reorientación de la atención, el aumento de la alerta perceptiva y el control automático neuroendocrino. Por el contrario, resulta casi imposible "deliberar con calma", concluyen los autores.
Entre más te engancha tu cerebro trabaja más
Las mediciones demostraron el grado de atención de los espectadores, así como si se encontraba emocionado, relajado o indiferente, en las que siempre recibieron mejor respuesta cuando las escenas llevaban una narrativa cronológica que cuando se cortaron las escenas, porque es más difícil descifrar un significado de ellas.
Así los picos de atención que encontraron fue cuando la película tenía:
- En momentos de gran alcance con señales visuales, como es el primer plano de la pistola en la película de Hitchcock
- Las escenas con música siniestra, aunque el componente visual no sea tan atractivo
- Los cambios de escena en el que se profundizará o se continuará la historia
Los investigadores aseguran que el potencial de su estudio es que se puede medir de una manera más precisa de conocer qué escenas le son más significativas o “llegadoras” a la audiencia, lo que enriquece el estudio de medios de comunicación desde las neurociencias.
Este tipo de estudios suele ser utilizado para tratar problemas en paciente con déficit en el control de la atención o en aquellos que tienen falta de memoria, cuando otras terapias no funcionan. Es un método que puede ser estresante y hasta traumático pero se vio que en pacientes luego de la “sesión” volvían recuerdo de su infancia, familiares y personales.
“Es como cuando en una terapia al niño se lo desequilibra para que comiencen a parecer las reacciones de defensa, solo que en este estudio nos enfocamos a un nivel cognitivo mas que motor”
